YOLANDA Y SUMAR empiezan su andadura con el objetivo de que la izquierda sume con la socialdemocracia y vuelvan a gobernar juntos. Podemos queda fuera de juego, no entiende ni prioriza que el camino hay que recorrerlo junto a Yolanda. Recoge los vicios de la desunión de la izquierda y en un acto de irresponsabilidad histórica, vuelve a dividir a la izquierda y pone en peligro el futuro de la continuidad del gobierno. De nuevo Pablo Iglesias aparece en la trastienda moviendo los hilos de dos ministras que han perdido la credibilidad con las últimas gestiones y las continuas manifestaciones para alejarse de la candidata Yolanda Diaz.
Un resumen del texto de Antonio Maestre explica muy bien la situación de Podemos:
"Hay un Podemos con nostalgia de Podemos. Una cúpula de hierro que mira el pasado con la melancolía de un tiempo muy cercano donde jugaban con las enseñanzas de Juego de Tronos mientras avanzaban conquistando tableros. Un tiempo de añoranzas en el que tenían la fuerza de la aceptación ciudadana, el favor de los medios y la frescura de la novedad. Y ganaban. Un tiempo que pasó, que Pablo Iglesias comprendió que era solo bruma del tiempo, por eso se fue, porque hizo un diagnóstico correcto en el que su presencia como cabeza de lista ya solo servía para evitar la desaparición del partido y salvar los muebles en Madrid. El momento de época de victoria se esfumó y tocaba el de atrincherarse y señalar enemigos para mantener calientes los rescoldos y esperar un nuevo tiempo en el que viniera un viento propicio para reavivar la hoguera. Hay quien entiende la política solo como una lucha para conquistar el poder bajo la schmittiana lógica del amigo-enemigo como característica fundamental. Un fin en sí mismo, sin importar para qué se quiere ese poder y qué se pierde en esa lucha intestina por conseguirlo ... El poder no es solo apariencia, es sobre todo la fuerza de los cañones y la capacidad para repartir nóminas, y eso Pablo Iglesias ya lo ha perdido. Sobre todo porque empiezan las deserciones y el efecto contagio actúa como una cascada. Si empujas a tus tropas a una batalla suicida y dirimes todo en una lógica de lealtad y traidores es muy probable que muchos traspasen las líneas cuando vean acercarse la probabilidad de la derrota. Si pides a quien piensa igual que no se acerque es probable que se estreche tanto el espacio que se acaben yendo antes de tiempo quienes saben que pueden ser las próximas en ser señaladas".
Comentarios
Publicar un comentario