El juez Baltasar Garzón abrió una puerta a la esperanza para muchas familias que ya se habían resignado a obtener el silencio como respuesta al preguntarse por el último viaje de los suyos. En otros lugares, allende nuestras fronteras sus actuaciones acabaron con el fin de la impunidad para muchos caudillos y dictadorzuelos que decidieron mover las vidas de los demás como meras piezas de un juego de azar, para alegría de tantas otras personas. Pero la carrera de Garzón lleva a sus espaldas muchas otras causas que parecen haber quedado en el olvido: el terrorismo, la corrupción, el narcotráfico…Garzón no ha dudado en investigar y encarcelar a personas, teóricamente “afines” al partido de cuyas listas había formado parte. Creo que eso dice mucho de su profesionalidad y bienhacer. Lo que es inadmisible es la distinta vara de medir de todos aquellos que le aplaudieron y que hoy quieren enjuiciarle.
Blog de Carlos López Cortiñas