El bulling ... dicen que siempre ha existido y que ahora le ponemos nombre ... dicen que hay protocolos pero para la Irlandesas de Loreto de Sevilla el protocolo consistió en trasladar a Sandra de clase, así de sencillo. Hay buenos protocolos, hay buenos especialistas, quizás falte formación en la comunidad educativa, pero lo que falta, sobre todo, es que las direcciones de los centros lo reconozcan y apliquen medidas eficaces y no simplistas ... Sandra tenía 14 años, 14 años ... que sufrimiento tuvo que padecer para abandonar este mundo ... Como es costumbre recurro a Patricia E. Erles que escribió este texto en su muro:
Sandra tenía:
Catorce años y piel de manzana.
Una camiseta verde y blanca del Betis.
Un hermano.
Esa mirada de quien descubre el mundo con curiosidad e inocencia, como un recién llegado.
Una melena como las de las vírgenes sevillanas.
Unas amigas de siempre, un barrio.
Un viaje en avión a York.
Una pandilla de niñas buenas de las peores rondándola en pasillos, el patio, las redes.
Mucho miedo, un balcón.
En ese colegio tan de toda la vida no hicieron nada para curarle el terror cotidiano. La empujaron tanto como las abusonas que juegan a la tortura de la chica que molesta porque es preciosa o lista o buena. A esa hay que darle duro, a por esa hay que ir. Cómo tiene que ser la angustia para que una renuncie a todas las tardes de su vida, al primer novio y los que vendrán, a la aventura de conocer países, de trenzar sueños, de encontrar una vocación, de hacerse mayor, de probar sabores, de asomarse a libros, a la propia vida que va pasando. Cómo de intransferible el sufrimiento para que deje de importar el vacío que se deja en casa, la pena inacabable de tu madre.
La habéis matado, acosadoras que se irán de rositas por jugar a las brujas. La habéis matado, Irlandesas Loreto, por mirar a otro lado y no reparar en su pánico, por cambiarla de clase como si fuera un mueble en lugar de tomar medidas. Ahora el miedo cruza paredes, sale del instituto, se expande como un cáncer en las pantallas. La dejasteis sola ante el horror de cada lunes, con el estómago encogido de cada viernes.
Comentarios
Publicar un comentario