LA MARCHA VERDE, cuarenta y dos años después consigue su objetivo: anexionarse el Sahara sin celebrar ningún referéndum como exigía la ONU.
Unas breves notas históricas nos recuerdan que en 1970, la ONU aprueba la Resolución 2711, que solicita a España la celebración en su provincia del Sáhara de un referéndum de autodeterminación. Tras negarse en un principio a celebrarlo, España accede en 1974 a la celebración, movida por la presión en el territorio (en 1973 se fundó el Frente Polisario, que luchaba por la independencia de la provincia) y la animadversión internacional, el Gobierno español anuncia que el referéndum tendrá lugar en 1975.
La dictadura franquista pone en marcha la preparación del referéndum, Marruecos se oponía a la consulta, y pidió al Tribunal Internacional de Justicia que se pronunciara sobre el Sahara. La ONU pidió a España que paralizase el proceso hasta que la Corte se pronunciase, y Hasán II, rey de Marruecos, incluyó en enero de 1975 también en el litigio a Ceuta y Melilla, lo que complicó aún más la solución del Sahara.
En Marruecos existía, por entonces, una crisis política que llevó al ejército de su país a protagonizar dos golpes de Estado en 1971 y 1972. Hassan II, temiendo por su derrocamiento anuncia el 28 de Abril de 1975 "la marcha verde" para ocupar el Sahara, dado que el monarca marroquí se sentía apoyado por los Estados Unidos y esta acción serviría para desviar la critica interna.
A esta situación se unió la coyuntura política en España,. En 1975 también se produjo una crisis con el dictador enfermo, el paso de poderes al rey J. Carlos y una presión social exigiendo la democracia conllevó que el entonces Gobierno español abandonase la provincia del Sahara y también abandonó sus obligaciones internacionales a las que se había comprometido y Hassan II tan contento. Sólo la presión internacional del Frente Polisario, la solidaridad constante de Argelia cediéndole terrenos para ubicarse y la solidaridad del pueblo español con los niños y niñas saharauis, nos recuerdan de vez en cuando que España no había sabido (o querido) solucionar un problema de su antigua provincia que no colonia.
Y ahora a esperar acontecimientos ya que Argelia ha llamado a su Embajadora a consultas y nos echamos a temblar pensando en lo que harán con el gas argelino. Y yo me pregunto ¿era necesario esa medida ahora? una medida que rompe con la posición de España mantenida durante 40 años y que se hace sin debatirlo en el Parlamento y sin explicar los motivos a la ciudadanía. Así no.
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