Muchos habían escrito que esta moción de censura iba a ser un espectáculo extravagante y la verdad que no sabría definir la moción de censura. Un espectáculo extravagante pero que deteriora la Institución, una perdida de tiempo pero cara, ridículo para satisfacer la vanidad y el ego del señor Tamames ... Lo que sí sirvió es para que el Gobierno presentase el dúo electoral político entre Pedro Sánchez y Yolanda Diaz que tuvieron el tiempo suficiente entre los dos para explicar su gestión socialdemócrata frente a las medidas liberales que plantea la derecha de este país.
Había leído el discurso en "el Diario.es" el día anterior al día de la moción, y lo consideraba nada banal, incluso con alusiones a los temas más débiles del argumentario de la izquierda que podrían influir en los votantes. Era un discurso de un tránsfuga ideológico pero con mucha intención. Sin embargo esas ideas estaban fuera de lugar, eran incoherentes, sonaban sueltas e inconexas entre ellas cuando Tamames empezó a hablar. La lectura de su propio discurso aburrió al propio Tamames que recurría continuamente al etc .. etc. Un discurso desestructurado y sin ordenar las ideas que iba soltando como se le iban ocurriendo sin apoyarse en los folios. Era el discurso de una persona de 90 años donde el tiempo que duró la censura se le hizo eterno. En unos produjo pena, en otros respeto por quien fue, en muchos cabreo e indignación e incluso hubo quien sintió cierta ternura por los despistes y somnolencia que tuvo.
Me llamó la atención que en un tema que el domina, como es el económico, hablase con tanta superficialidad y falta de rigor. El aumento histórico de las becas en este año, que para una persona de izquierdas es clave para garantizar la igualdad de oportunidades y la lucha contra la desigualdad lo relacionó con la compra de votos. Hizo pocas propuestas, algunas curiosas, como cuando planteó que "los jóvenes urbanitas" podrían formar parte de un cuerpo de bomberos voluntarios para apagar incendios forestales ... en fin.
Abascal le debió aconsejar que el tema de Europa no les interesaba mucho y va y dice: “La Unión Europea, no voy a dedicar mucho tiempo a esto obviamente”. ¿La Unión Europea? ¿Qué importa eso cuando me apetece más hablar de Hernán Cortés?.
Quizás el tema más polémico es cuando afrontó temas históricos y afirmó que la guerra civil empezó en el año 1934. Ángel Viñas, economista, diplomático e historiador especializado en temas relacionados con la guerra civil, le contesta en su artículo:
¿Quiénes fueron los responsables de la guerra civil? Resulta que servidor ha escrito varios libros sobre ese mismo tema. No me sorprende que no me haya leído, pero de haberlo hecho se hubiese ahorrado algunos de los despropósitos con que ha manchado su sorprendente moción de censura al Gobierno por cuenta de Vox.
Afirmar que la responsabilidad por la guerra civil recae sobre el PSOE (Largo Caballero) y la revolución de Octubre revela varias cosas: la primera, un desconocimiento profundo de la historia de aquel período; un seguidismo absurdo de las tesis con las que Vox consiguió, con la complicidad de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, que el señor Alcalde, eminente abogado del Estado pero de entendederas históricas escasas, aprobara por la fuerza de la mayoría de ediles la eliminación de una modesta placa en el barrio de Chamberí. Recordaba dónde había nacido Francisco Largo Caballero. También, según las doctrinas de la derecha más cerril, el responsable de aquella revuelta.
Fue, sin duda, del todo punto irrelevante que más de doscientos historiadores, españoles y extranjeros, entre quienes tuve el honor de contarme, protestáramos. Se publicó un manifiesto que al docto profesor Tamames debió de sonarle a chino. Hoy aquella decisión la ha echado abajo el Poder Judicial. No sé si la placa se habrá repuesto o si el Ayuntamiento ha recurrido.
Sobre el caso de Asturias la literatura es casi inabarcable. Se han examinado más que pormenorizadamente sus antecedentes, su desarrollo y sus consecuencias. Afirmar que hubo una relación directa con la guerra civil es un tópico que ya esgrimieron en la época quienes la preparaban. Ciertamente, no solos. También con la encubierta ayuda fascista.
Ignoro si la provecta edad del profesor Tamames (siete u ocho años más que servidor) le habrá permitido leer algunas de las obras que sobre Asturias se han escrito. En cualquier caso, sería altamente recomendable que ojease la biografía del malogrado Julio Aróstegui sobre Largo Caballero, manejando las oportunas fuentes documentales y primarias. Y si el volumen de tal biografía le asusta, siempre puede recurrir a la obra de algún que otro autor, como por ejemplo Sir Paul Preston.
Las exageraciones siempre fueron notables. La lectura de los periódicos derechistas de la época, tales como ABC, El Debate o La Nación sigue siendo muy instructiva. Tienen la ventaja de estar digitalizados en la red por lo que su consulta es fácil y gratuita. En todo caso, al profesor Tamames quizá no le vendría mal repasar un libro general sobre la violencia sociopolítica en la Segunda República. Le aconsejo (y también a sus mandantes de VOX) que lean, por ejemplo, a Rafael Cruz o a Eduardo González Calleja. Y luego, si sus fuerzas y sus intelectos combinados lo permiten, que aporten sus conocimientos. Eso sí, por favor, con fuentes.
Un personaje de la transición ha conseguido ser protagonista en el presente por la invitación de VOX para que se prestase a este circo. Y como bien afirma Soto Diaz en su artículo: "las nuevas generaciones conocerán sus contradicciones, cambios de chaqueta y mezquindades históricas. De luchador antifranquista del PCE a pregonero de la ultraderecha. El academicismo ha brillado por su ausencia en los discursos del profesor de economía. Tras el debate los diputados ultras se agruparon en torno a Tamames y entonaron un "viva España" ... y un "viva don Ramón". La figura de Tamames se ha ido empequeñeciéndose, se quedará para el folklore".
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