De forma periódica oímos a diferentes responsables políticos del socialismo dar su versión sobre un hecho que no coincide con las manifestaciones de otros responsables políticos y esto, que descoloca a la militancia y a la sociedad, cada vez es más usual.
Tradicionalmente conviven una forma de entender la economía más liberal, vista bien por una parte social más vinculada a la empresa o al mundo financiero, con otra más vinculada a los planteamientos cercanos a su base social sindical. Al no cuestionar el libre mercado, ni el sistema financiero, ni por supuesto la empresa entendida como el motor de la economía, esas dos sensibilidades económicas, cohabitan más o menos sin conflictos, ya que ambas tienen como objetivo final mejorar la vida de la ciudadanía desde un planteamiento social.
Las dos sensibilidades económicas del PSOE coinciden en líneas generales cuando gobiernan en las diferentes CCAA, las diferencias en la gestión entre gobiernos autonómicos no son significativas, la ciudadanía percibe los cambios si en vez de la izquierda pasa a gobernar la derecha, o viceversa. La gestión de lo público deja de ser prioritario y, en el caso de gobernar la derecha lo público se complementa en un mayor volumen con la gestión privada. Si analizamos como dejó la gestión pública el gobierno del PP y la importancia que le dio a los presupuestos privados en la gestión pública, apreciaremos diferencias claras con las Comunidades gobernadas por la izquierda. En la gestión no está el problema de división del PSOE.
Si esas diferencias están y existen se producen con el tema territorial, lo que dicen los responsables socialistas de C. León, Extremadura, C. la Mancha, Andalucía, no tiene nada que ver con lo oído a responsables de Cataluña, Baleares, Euskadi, son dos formas diferentes de entender el Estado y dos formas diferentes de encarar el tema catalán. Unos parecen más cómodos envolviéndose en la bandera nacional y otros están empecinados en abrir un nuevo discurso, sin renunciar a la negociación para normalizar la situación con Cataluña. Si la visión de algunos políticos sólo les alcanza hasta las siguientes elecciones, flaco favor le hacen al gobierno. No me sorprende ver como el PSOE en el Parlamento extremeño se posicionó en contra de la vía de la negociación con Cataluña, por entenderla como cesión, precisamente cuando el Sº Gª del partido a nivel Federal se estaba desgastando en una guerra sin cuartel con la derecha. Esa voz disonante hizo mucha daño en la credibilidad del Sº Gº y a la vez Presidente de la nación. No era una mera opinión, era un posicionamiento de un Parlamento presidido por un socialista. No lo entiendo. Pero lo má preocupante es que se puede entender como una medida electoral local sin tener en cuenta la complejidad del problema a nivel estatal. Si nos fijamos en el CIS del 2018 sólo el 13% de los extremeños quiere aumentar su cuota del autogobierno, Vara miraba a su electorado. Sin embargo el 62% de los catalanes quieren aumentar el nivel actual de autogobierno, a Vara este dato ya no le importa, este no es su problema, es el problema de Pedro Sánchez y de Iceta.
El PSOE aprobó una resolución para ordenar el debate territorial en Granada que abogaba por la modificación de la Constitución, entre otras cosas para avanzar hacia un Estado Federal, y en el último Congreso Federal en donde fue elegido Pedro Sánchez como Secretario General, las Resoluciones Congresuales contempla la posibilidad de un estado Plurinacional. Parace que para algunos estos conceptos sólo sirven para para momentos cuyunturales y lo que debe primar es que no nos arrastre el ruido mediático de la derecha y mis próximas elecciones.
Lo dicho dos socialismos para la desorientación de muchos votantes.
Tradicionalmente conviven una forma de entender la economía más liberal, vista bien por una parte social más vinculada a la empresa o al mundo financiero, con otra más vinculada a los planteamientos cercanos a su base social sindical. Al no cuestionar el libre mercado, ni el sistema financiero, ni por supuesto la empresa entendida como el motor de la economía, esas dos sensibilidades económicas, cohabitan más o menos sin conflictos, ya que ambas tienen como objetivo final mejorar la vida de la ciudadanía desde un planteamiento social.
Las dos sensibilidades económicas del PSOE coinciden en líneas generales cuando gobiernan en las diferentes CCAA, las diferencias en la gestión entre gobiernos autonómicos no son significativas, la ciudadanía percibe los cambios si en vez de la izquierda pasa a gobernar la derecha, o viceversa. La gestión de lo público deja de ser prioritario y, en el caso de gobernar la derecha lo público se complementa en un mayor volumen con la gestión privada. Si analizamos como dejó la gestión pública el gobierno del PP y la importancia que le dio a los presupuestos privados en la gestión pública, apreciaremos diferencias claras con las Comunidades gobernadas por la izquierda. En la gestión no está el problema de división del PSOE.
Si esas diferencias están y existen se producen con el tema territorial, lo que dicen los responsables socialistas de C. León, Extremadura, C. la Mancha, Andalucía, no tiene nada que ver con lo oído a responsables de Cataluña, Baleares, Euskadi, son dos formas diferentes de entender el Estado y dos formas diferentes de encarar el tema catalán. Unos parecen más cómodos envolviéndose en la bandera nacional y otros están empecinados en abrir un nuevo discurso, sin renunciar a la negociación para normalizar la situación con Cataluña. Si la visión de algunos políticos sólo les alcanza hasta las siguientes elecciones, flaco favor le hacen al gobierno. No me sorprende ver como el PSOE en el Parlamento extremeño se posicionó en contra de la vía de la negociación con Cataluña, por entenderla como cesión, precisamente cuando el Sº Gª del partido a nivel Federal se estaba desgastando en una guerra sin cuartel con la derecha. Esa voz disonante hizo mucha daño en la credibilidad del Sº Gº y a la vez Presidente de la nación. No era una mera opinión, era un posicionamiento de un Parlamento presidido por un socialista. No lo entiendo. Pero lo má preocupante es que se puede entender como una medida electoral local sin tener en cuenta la complejidad del problema a nivel estatal. Si nos fijamos en el CIS del 2018 sólo el 13% de los extremeños quiere aumentar su cuota del autogobierno, Vara miraba a su electorado. Sin embargo el 62% de los catalanes quieren aumentar el nivel actual de autogobierno, a Vara este dato ya no le importa, este no es su problema, es el problema de Pedro Sánchez y de Iceta.
El PSOE aprobó una resolución para ordenar el debate territorial en Granada que abogaba por la modificación de la Constitución, entre otras cosas para avanzar hacia un Estado Federal, y en el último Congreso Federal en donde fue elegido Pedro Sánchez como Secretario General, las Resoluciones Congresuales contempla la posibilidad de un estado Plurinacional. Parace que para algunos estos conceptos sólo sirven para para momentos cuyunturales y lo que debe primar es que no nos arrastre el ruido mediático de la derecha y mis próximas elecciones.
Lo dicho dos socialismos para la desorientación de muchos votantes.
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