El 25 de Mayo estamos convocados los ciudadanos/as europeos a las urnas, y aunque desde nuestro país a Europa la vemos lejana y culpable de muchas de las políticas de recortes generalizados que el Gobierno está llevando a efecto; no es menos cierto que dependiendo de la nueva composición del Parlamento Europeo y de muchos de los nombramientos que en materia económica, educativa, sanitaria... se realicen, dependerán muchas de las directrices emanadas de la UE que los Gobiernos tendrán que materializar.
La realidad es que nos encontramos en la Europa de los números y de los ajustes presupuestarios para conseguir los objetivos del déficit. Objetivos todos ellos que se olvidan de los ciudadanos/as y de lo que fue la seña de identidad de Europa: "la sociedad del bienestar". Hoy mas que nunca está de plena actualidad el slogan: "por una Europa Social", y para conseguirlo es necesario aumentar el peso de la política en las decisiones que emanan de la U.E. y cambiar la composición de su Parlamento.
La política económica que impera en Europa está basada en los resultados, en los ajustes y en el balance económico. Esta filosofía se puede trasladar a la educación y realizar un simil desde el punto de vista educativo con respecto a los informes que elabora la OCDE. Se juzga a los alumnos en matemáticas, lectura y conocimiento científico. Es decir, aunque importantes, suponen un limitado repertorio de saberes en el que no tiene cabida ningún ejercicio sobre el conocimiento en materias como Literatura, Filosofía, Historia y Arte. El que PISA no valore los conocimientos en Humanidades se debe a que sus promotores no valoran la intervención de los ciudadanos en las decisiones públicas y políticas. El concepto de educación integral, de formar ciudadanos críticos y participativos, no está dentro de sus prioridades.
Otro de los peligros que corre la educación sino cambian las bases ideológicas de la UE es la negociación del "Tratado Comercial que la UE está negociando con EEUU. Por presión de algunos grupos políticos se ha conseguido paralizarlo hasta la constitución del nuevo Parlamento. Pero seguro que una vez constituido el tema surgirá con nuevo impulso. El Tratado se estaba negociando sin ningún tipo de transparencia y sin diálogo con la Confederación Europea de Sindicatos. Este Tratado cuyo objetivo es ampliar espaciosde mercantilización puede suponer la degradación de las normas y regulaciones en materia social, laboral, sanitaria, educativa ... Y además no se contempla la posibilidad de constituir órganos de control.
En este sentido desde ETUCE (Internacional de la Educación para Europa) el Director General Martin Rommer, envió una carta a los Diputados/as para recordarles que si son integralmente aplicadas las reglas comerciales a los servicios públicos, la sanidad y la educación quedan a expensas de los mercados rompiendo con la idea de "servicio público" que impera en Europa.
En un documento presentado por ETUCE sobre la calidad de la educación para Europa, se plantea la Formación Inicial, el Ingreso y la Formación Continua como claves para mejorar el rendimiento escolar del alumnado y por otro lado se indica que para aumentar esa calidad se debe asegurar unos docentes motivados. Complicada la motivación cuando hemos perdido un 30% de nuestro poder adquisitivo, cuando se ha aprobado una ley impuesta y cuando se nos han empeorado las condiciones laborales.
La realidad es que nos encontramos en la Europa de los números y de los ajustes presupuestarios para conseguir los objetivos del déficit. Objetivos todos ellos que se olvidan de los ciudadanos/as y de lo que fue la seña de identidad de Europa: "la sociedad del bienestar". Hoy mas que nunca está de plena actualidad el slogan: "por una Europa Social", y para conseguirlo es necesario aumentar el peso de la política en las decisiones que emanan de la U.E. y cambiar la composición de su Parlamento.
La política económica que impera en Europa está basada en los resultados, en los ajustes y en el balance económico. Esta filosofía se puede trasladar a la educación y realizar un simil desde el punto de vista educativo con respecto a los informes que elabora la OCDE. Se juzga a los alumnos en matemáticas, lectura y conocimiento científico. Es decir, aunque importantes, suponen un limitado repertorio de saberes en el que no tiene cabida ningún ejercicio sobre el conocimiento en materias como Literatura, Filosofía, Historia y Arte. El que PISA no valore los conocimientos en Humanidades se debe a que sus promotores no valoran la intervención de los ciudadanos en las decisiones públicas y políticas. El concepto de educación integral, de formar ciudadanos críticos y participativos, no está dentro de sus prioridades.
Otro de los peligros que corre la educación sino cambian las bases ideológicas de la UE es la negociación del "Tratado Comercial que la UE está negociando con EEUU. Por presión de algunos grupos políticos se ha conseguido paralizarlo hasta la constitución del nuevo Parlamento. Pero seguro que una vez constituido el tema surgirá con nuevo impulso. El Tratado se estaba negociando sin ningún tipo de transparencia y sin diálogo con la Confederación Europea de Sindicatos. Este Tratado cuyo objetivo es ampliar espaciosde mercantilización puede suponer la degradación de las normas y regulaciones en materia social, laboral, sanitaria, educativa ... Y además no se contempla la posibilidad de constituir órganos de control.
En este sentido desde ETUCE (Internacional de la Educación para Europa) el Director General Martin Rommer, envió una carta a los Diputados/as para recordarles que si son integralmente aplicadas las reglas comerciales a los servicios públicos, la sanidad y la educación quedan a expensas de los mercados rompiendo con la idea de "servicio público" que impera en Europa.
En un documento presentado por ETUCE sobre la calidad de la educación para Europa, se plantea la Formación Inicial, el Ingreso y la Formación Continua como claves para mejorar el rendimiento escolar del alumnado y por otro lado se indica que para aumentar esa calidad se debe asegurar unos docentes motivados. Complicada la motivación cuando hemos perdido un 30% de nuestro poder adquisitivo, cuando se ha aprobado una ley impuesta y cuando se nos han empeorado las condiciones laborales.
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