EUROPA Y TRUMP. La victoria de Trump es incuestionable. La derrota de los Demócratas es clara y tiene que inducirlos a la autocrítica y a reforzar el proyecto y el liderazgo para el futuro. La Unión Europea está a la expectativa entre los que brindan con champan (Orban), los que temen las políticas comerciales y militares de Trump (Von der laden) y los que tienen pánico a que acaben las ayudas militares (Zelenski). A día de hoy esas contradicciones definen a Europa. La UE surgió en 1952 con el acuerdo de la CECA, un acuerdo pensado para recuperar la economía de Europa después de las dos guerras mundiales, un acuerdo que ponía en práctica lo dicho por Schuman en su Informe sobre Europa: no construimos Europa y resolvimos nuestros problemas con guerras, construyamos Europa. La CECA y el Tratado de Roma en 1958 suponían los primeros pasos en la construcción de esa Europa incipiente.
Ahora, con las amenazas de Trump (aranceles a los productos europeos, el 20%, y la amenaza de cambiar las relaciones defensivas en la OTAN) es un buen momento para que Europa de un paso al frente hacia marcar una línea propia en materia de defensa, de la digitalización y de las relaciones comerciales. Si en 1958 se pensó en términos económicos en el 2024 es el momento de pensar en términos políticos ( y de defensa y de nuevas relaciones económicas y comerciales). El proyecto europeo, al margen de tutelas, bien lo merece.
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