Normalmente leemos artículos donde se ensalzan las posiciones políticas que tienden puentes a otras opciones, que no se enquistan en sus posiciones ideológicas y son capaces de ceder en sus pretensiones para buscar puntos de encuentro con el adversario y solucionar los problemas que dividen a la sociedad. Pero al mismo tiempo leemos, incluso en aquellos que valoran estas cualidades, que no se puede ceder ante partidos que mantienen posiciones diferentes y mucho menos ante los que tienen su opción en postulados independentistas. ¿En qué quedamos, hay que pactar o no?, ¿la política, no es hacer lo posible para mejorar la vida de la ciudadanía y resolver sus problemas?, ¿alguien puede afirmar que la situación de Cataluña estaba mejor con Gobiernos frentistas o que judicializaban todos los problemas políticos que eran incapaces de resolver, no es mejor lo que se está construyendo en Cataluña a través de pactos y acuerdos?.
Tenemos un Presidente en Cataluña que como carta de presentación antepone el diálogo y el acuerdo como estrategia política, la propia composición de su gobierno, aunque a muchos le parezca demasiado centrado, es toda una declaración de intenciones de cómo pretende gobernar en Cataluña. Además, no podemos obviar, que Illa está reconocido como un político honesto y, esto, con los tiempos que corren no es nada a desdeñar. No obstante no nos equivoquemos, Salvador Illa no es un político independentista pero es un político con convicciones federalistas y convencido que en España existen varias nacionalidades que conviven en un proyecto común, sus declaraciones en el Parlament no dejan ninguna duda: “Cataluña es una nación abierta, plural y diversa, que se implica en la construcción de una España plurinacional y una Europa Federal y que influye y participe tanto como pueda por los procedimientos institucionales pertinentes”. Por eso, no nos debe extrañar el acuerdo de financiación singular que acordó con ERC con el beneplácito de Pedro Sánchez.
En septiembre empieza otra etapa con la convocatoria de la Comisión de Política Fiscal para conocer las repercusiones de la “financiación singular” de Cataluña y si esa fórmula satisface a otras Comunidades que exigirán gestionar sus presupuestos de una forma similar. La clave no estará en cuanto se transfiere ni en cómo y quién lo gestiona, sino en cuanto hay que aportar a la caja de solidaridad común para garantizar los servicios públicos en todas las Comunidades. La derecha no lo pondrá nada fácil y se colocará detrás de la pancarta de “España se rompe” muy rentable para ellos electoralmente, aunque estoy convencido que Feijóo si quiere desprenderse de VOX y acercarse a JUNTS y al PNV, tendrá que hacer algo similar que lo que está haciendo Pedro Sánchez, me temo que al igual que con la amnistía, no hay vuelta atrás.
El PSOE, al menos una parte importante de él liderado por la Comisión Ejecutiva Federal, tiene claro que ha optado por desarrollar el documento de Granada y avanzar desde las Autonomías hacia una España Federal, pero al mismo tiempo ha de ser consciente que en las últimas elecciones quedó patente que existe una correlación entre el aumento del voto en Cataluña y la pérdida de poder territorial en el resto de Comunidades. Una vez cerrado el acuerdo con ERC y elegido el Presidente Illa ha de ponerse a trabajar en definir lo que el Presidente definió como federalizar España a través del acuerdo. Y para ello la explicación y la transparencia es un buen sistema para que la ciudadanía entendamos los pasos que se están dando. Haría bien en convencer al socialismo de que el Federalismo es la mejor argamasa para la estabilidad y la convivencia entre españoles, como bien afirma el documento aprobado en Granada cuando lideraba el partido Alfredo Rubalcaba, ese es el gran reto de Pedro Sánchez y su equipo.
Carlos López Cortiñas
Militante del PSOE Aragón
Comentarios
Publicar un comentario