Es cierto que fue (fueron) atacados por tierra, mal y aire con insinuaciones de corrupción, de contratos ilegales y de utilizar el dinero bolivariano, lo que en resumen concluyó con la entrada en prisión de un juez en la cárcel por prevaricación y con el sobreseimiento de todos los expedientes abiertos. Pero no estuvieron ahí los graves problemas de credibilidad como partido político, las sobreactuaciones, las continuas clases que va impartiendo de moralidad, el continuo abandono de militantes, la desunión, fueron colocando a Podemos y a su líder en su sitio.
Es la clave del espacio que le dejan a Yolanda Diaz para iniciar su aventura. Yolanda no pertenece a Podemos viene de la cultura sindica y de la militancia de IU a través del PCE, conoce muy bien los problemas que tuvo Pablo y su partido y quiere aventurarse con un modelo organizativo diferente donde las personas estén por delante de las siglas y donde el proyecto no lo elaboren la militancia de ningún partido, a lo sumo que aporten, sino elaborado por expertos con ideología de izquierdas de los diferentes sectores y frentes.
Y ahí vuelve a salir don Pablo Iglesias, cuantas veces se habrá arrepentido de retirarse tan pronto, parece que las tertulias no le son suficientes y vuelve a coger las riendas de Podemos con un discurso dirigido a Yolanda Diaz pidiéndole respeto para las siglas de Podemos y que esperan a manifestarse cuando Yolanda "termine de organizar su partido y escuchemos sus propuestas". ¿No iba esto de Plataformas con una ideología transversal donde los partidos se integraban para acabar con el espectáculo que cometieron en Andalucía y que fueron castigados en las urnas? ¿no iba esto de intentar sumar con el PSOE para garantizar un gobierno de coalición estable?. Yolanda Diaz escucha y caya. Verá toda esta provocación con preocupación, analizará porque su buena gestión no se traslada a la intención de voto de las encuestas, en como de nuevo la división puede acabar con su proyecto. Seguro que Pedro Sánchez también estará preocupado. Pablo Iglesias a lo suyo: a seguir conquistando el cielo.
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