Tanto la LGE de 1969 como la LOGSE en 1989 y la propia LOE del 2004, fueron precedidas de un "libro blanco de la educación" presentado por los gobierno de turno para fomentar el debate social, fundamentar y argumentar los planteamientos que recogían los borradores y para implicar a la comunidad educativa con la propia ley. Ahora sin embargo nos presentan un "esquema" sin apenas argumentación pero de gran calado ideológico y con una tramitación rápida para que los cambios educativos se produzcan lo antes posible. Muchos de estos cambios van dirigidos a entender la calidad educativa exclusivamente por sus resultados académicos. Por eso el adiestramiento (que no formación integral) del alumno estará encaminado a obtener buenos resultados en las pruebas de PISA; ó a obtener las capacidades básicas para el empleo, olvidándose del mandato constitucional que establece como fin de la educación "el plano desarrollo de la personalidad del alumno". Es cierto que...
Blog de Carlos López Cortiñas