La acción del 155 y de la justicia han aplacado las inercias separatistas del Parlamento catalán, las han acallado pero los dos millones de personas que votaron independencia, siguen ahí, defendiendo sus posiciones a pesar de que tengan un Presidente huido y un Vicepresidente en la cárcel. Esta situación continuará hasta que se constituya un nuevo gobierno y puedan cambiar esas inercias y se normalicen con el juego político del Parlamento, dentro del marco jurídico. Lo contrario es la aventura de la ilegalidad con imprevisibles y desconocidas consecuencias políticas, que nos colocaría a todos y no sólo a Cataluña en la senda de la inestabilidad.
Es cierto que unos actuaron con su exigua mayoría del Parlamento al margen de la legalidad y otros trasladaron la responsabilidad de gobernar a los jueces, sin embargo, el problema más o menos latente, sigue presente en la sociedad en espera de encauzarlo para buscar una salida razonable para todos.
Hacer política es pactar, es acordar desde posiciones contrarias, es poder incluso pactar los desacuerdos, lo contrario es vencer o derrotar y eso es retrasar la solución política a los problemas. En este contexto no acabo de entender como personas que pueden ser interlocutoras de una parte, continúan en la cárcel en situación de "presos preventivos" cuando no han sido juzgados ni tienen fecha de juicio y cuando el delito que se le imputa de rebelión ya ha sido finiquitado con las elecciones, ahora estamos en otro momento político y no veo ningún problema a que esperen la fecha del juicio fuera de la cárcel. Como esto de la justicia tienen muchos foros donde se deciden los recursos, me temo que los jueces españoles se pueden volver a columpiar ante los jueces europeos, es simplemente una impresión y una opinión de una persona que no es jurídica, pero decisiones que no son equilibradas ni proporcionales, otros decidirán y equilibrarán.
Cuando en gran parte de España está creciendo un sentimiento centralizador y contrario a que las Autonomías gestionen aspectos sensibles e importantes para la ciudadanía; y en otros territorios crece la demanda de más autonomía e incluso de independencia de una parte importante de la sociedad (tengan o no mayoría), el país tiene un grave problema que no se puede solucionar exclusivamente con la justicia, sino con proyectos políticos que nos unan, al menos con acciones políticas que sumen cada vez más voluntades y convenzan cada vez a más ciudadanos para que abandonen las posiciones segregacionistas. Para eso necesitamos de relatos creíbles, de líderes y coraje para llevarlos adelante. Uno de los problemas del pacto constitucional de la transición fue como configurar el Estado. Salíamos de una dictadura donde el concepto de "España, grande y libre" seguía extendiendo sus tentáculos hasta la mesa de negociación. La solución que aportó el entonces Presidente Suarez fue "el café para todos"; fue un grave error, pues suponía igualar a todos con el mismo rasero, sin embargo como se está demostrando los sentimientos de la ciudadanía con respecto a la configuración del Estado son muy diferentes. Ese sentimiento centralizador, da la razón a las periferias que se oponen, estamos en un momento clave para intentar cerrar un nuevo acuerdo sobre el título VIII de la Constitución.
El país necesita de líderes políticos y sociales (no de Rajoes) con una visión global y con un proyecto de país que nos haga avanzar a todos juntos y que englobe (o acuerde) las diferencias.
Y en este contexto, ¿la izquierda dónde está?, el PSOE, mantiene su planteamiento federalista para todo el país, que si bien ahora no está en la agenda política, puede ser clave para salir de este entuerto, además, el PSC ha buscado su propio espacio y un discurso propio en Cataluña, (en los elecciones no obtuvieron los resultados esperado y eso genera dudas sobre la política realizada). El resto de partidos está más pendiente en no desgastarse y en tacticismos cortoplacistas y han dejado que la agenda social esté por debajo de la agenda territorial. Y mientras tanto C's a esperar a las próximas elecciones subido en la ola centralizadora de toda España.
Es cierto que unos actuaron con su exigua mayoría del Parlamento al margen de la legalidad y otros trasladaron la responsabilidad de gobernar a los jueces, sin embargo, el problema más o menos latente, sigue presente en la sociedad en espera de encauzarlo para buscar una salida razonable para todos.
Hacer política es pactar, es acordar desde posiciones contrarias, es poder incluso pactar los desacuerdos, lo contrario es vencer o derrotar y eso es retrasar la solución política a los problemas. En este contexto no acabo de entender como personas que pueden ser interlocutoras de una parte, continúan en la cárcel en situación de "presos preventivos" cuando no han sido juzgados ni tienen fecha de juicio y cuando el delito que se le imputa de rebelión ya ha sido finiquitado con las elecciones, ahora estamos en otro momento político y no veo ningún problema a que esperen la fecha del juicio fuera de la cárcel. Como esto de la justicia tienen muchos foros donde se deciden los recursos, me temo que los jueces españoles se pueden volver a columpiar ante los jueces europeos, es simplemente una impresión y una opinión de una persona que no es jurídica, pero decisiones que no son equilibradas ni proporcionales, otros decidirán y equilibrarán.
Cuando en gran parte de España está creciendo un sentimiento centralizador y contrario a que las Autonomías gestionen aspectos sensibles e importantes para la ciudadanía; y en otros territorios crece la demanda de más autonomía e incluso de independencia de una parte importante de la sociedad (tengan o no mayoría), el país tiene un grave problema que no se puede solucionar exclusivamente con la justicia, sino con proyectos políticos que nos unan, al menos con acciones políticas que sumen cada vez más voluntades y convenzan cada vez a más ciudadanos para que abandonen las posiciones segregacionistas. Para eso necesitamos de relatos creíbles, de líderes y coraje para llevarlos adelante. Uno de los problemas del pacto constitucional de la transición fue como configurar el Estado. Salíamos de una dictadura donde el concepto de "España, grande y libre" seguía extendiendo sus tentáculos hasta la mesa de negociación. La solución que aportó el entonces Presidente Suarez fue "el café para todos"; fue un grave error, pues suponía igualar a todos con el mismo rasero, sin embargo como se está demostrando los sentimientos de la ciudadanía con respecto a la configuración del Estado son muy diferentes. Ese sentimiento centralizador, da la razón a las periferias que se oponen, estamos en un momento clave para intentar cerrar un nuevo acuerdo sobre el título VIII de la Constitución.
El país necesita de líderes políticos y sociales (no de Rajoes) con una visión global y con un proyecto de país que nos haga avanzar a todos juntos y que englobe (o acuerde) las diferencias.
Y en este contexto, ¿la izquierda dónde está?, el PSOE, mantiene su planteamiento federalista para todo el país, que si bien ahora no está en la agenda política, puede ser clave para salir de este entuerto, además, el PSC ha buscado su propio espacio y un discurso propio en Cataluña, (en los elecciones no obtuvieron los resultados esperado y eso genera dudas sobre la política realizada). El resto de partidos está más pendiente en no desgastarse y en tacticismos cortoplacistas y han dejado que la agenda social esté por debajo de la agenda territorial. Y mientras tanto C's a esperar a las próximas elecciones subido en la ola centralizadora de toda España.
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