Desde el inicio de
la crisis económica en el año 2008, y sobre todo, como
consecuencia del R/D-Ley 14/2012 que impuso el gobierno con el fin de
limitar el gasto en las administraciones públicas, la educación
española ha sufrido, de forma continuada, un descenso en los
presupuestos dedicados a la educación, pasando del 5,1% en el año
2008 al 4,2% actual, concretándose no sólo en el empeoramiento de
las condiciones laborales del profesorado o en la merma de las
retribuciones, sino en un paulatino envejecimiento de los docentes al
limitar la legislación en un 10% la tasa de reposición para el
ingreso a la función pública docente.
En el informe
publicado por Eurodyce (2015) “la profesión docente en Europa”,
se señala que el envejecimiento de la profesión docente es uno
delos problemas a los que han de hacer frente los gobiernos europeos.
Si bien, en la UE en su conjunto, un 33% de los docentes tiene menos
de 40 años, en España sólo el 5,18% tiene menos de 30 años y el
35% tiene más de 50 años. Actualmente mas de 20.000 docentes
tienen más de 60 años, si se sigue con esta tendencia en los
próximos cinco años llegarán a 70.000 el número. Urge una
reflexión y una evaluación de la situación para poder reorganizar
las prioridades de las directrices en política educativa y fijar
como una de ellas “ el hacer de la docencia una profesión
atractiva y con unas retribuciones dignas para atraer a la profesión
docente a los buenos expedientes.
ante este panorama, cabe:
Considerar a la
Formación del profesorado como clave en la profesión. La docencia
exige un reciclaje continuo, se han incorporado nuevas demandas al
perfil docente, como idiomas, TICs, convivencia escolar, diversidad
del alumnado, problemas de aprendizaje, coordinación con las
familias … que exigen docentes altamente cualificados y motivados.
La práctica docente
conlleva un desgaste reconocido por los expertos. La gran diversidad
del alumnado, el aumento de comportamientos disruptivos, la escasa
valoración social del docente, la delegación de responsabilidades
educativas tradicionalmente propias de la familia … todo esto
agravado con la sucesión de recortes sufridos desde el año 2008,
han generado un mayor número de alumnos por clase, disminución del
número de profesores por centro, que hacen de la escuela un entorno
cada vez más complejo y adverso para los docentes pudiendo generar (
como lo demuestran estudios, basados en encuestas, en el campo de la
salud laboral ) insatisfacción laboral, aumento del estrés y de las
enfermedades profesionales. La recuperación de los presupuestos
educativos, incidirá positivamente en la calidad de la educación y,
por supuesto, en la motivación del profesorado.
Arbitrar otras
funciones docentes para el profesorado de mayor edad.
Las especiales
condiciones en que trabaja actualmente el profesorado requieren de
unas buenas condiciones psicofísicas. Sería conveniente que a
determinada edad (55 años) se redujese el horario lectivo del
profesorado para pasar a desempeñar otras funciones en el centro,
como: apoyo a las bibliotecas, tutorización del profesorado más
joven, coordinación con la universidad, apoyar a otros profesores, …
funciones donde el desgaste físico y psíquico es menor y donde el
mayor grado de experiencia es un valor añadido.
El mantener
jubilaciones anticipadas voluntarias en la enseñanza por parte de
los gobiernos favorece la incorporación de un profesorado más
joven, adaptado a los nuevos retos, además de fomentar la creación
del empleo en el sector.
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