Ante la crisis que
se produce en el PSOE como consecuencia de la dimisión de 17
miembros de la comisión Ejecutiva Federal, muchos militantes, a pesar de no votar a Pedro Sánchez en las primarias, y ante la
situación de rebelión antidemocrática y de deslealtad al
Secretario General, lo apoyan ahora por dos razones fundamentalmente: salió
elegido por los militantes en un proceso de primarias y mantiene un
planteamiento de rechazo a favorecer un gobierno presidido por Rajoy.
Además apuesta por un gobierno de cambio, que impida continuar con
las políticas antisociales y autoritarias desarrolladas por el PP.
Los dimisionarios,
con la intención de hacer dimitir al secretario General, consumaban
de esta forma el movimiento conspiratorio que desde hace un tiempo
venían fraguando. Perseguían que no continuase con la hoja de ruta
conocida de convocar un Congreso, ni tampoco que iniciase la
celebración de primarias para que la militancia eligiese al Sº
General dotándolo de este modo, de la autoridad necesaria, para
liderar el partido en un momento tan difícil.
Esta operación
tenía que consumarse previa a la celebración del Comité Federal,
con el fin de descabezar al partido y una gestora, afín a sus
estrategias, gobernase el PSOE y diese vía libre para favorecer un
gobierno del PP (el gran pacto político al que aspiran el ibex-35 y
las líneas editoriales de algunos medios) y así poder continuar con
las políticas antisociales y y de ajustes económicos para cumplir
con las exigencias de la U.E. Todo para impedir un gobierno en el
cual el PSOE se alíe con la izquierda y cuestione dichas
políticas.
En esta guerra
interna vale todo y así, los críticos de forma falaz e injusta,
plantean la cuestión de la responsabilidad política por los
resultados electorales obtenidos en las elecciones del País Vasco y
Galicia. Esa responsabilidad, al menos, será compartida, y, por
supuesto, no ayudó mucho el airear las desavenencias internas por
parte de algunos responsables en medio del proceso electoral.
Además, en sus críticas, no tienen en cuenta los factores que desde
atrás, inciden en ellas en lo que ya viene de largo en un ciclo
histórico. Tampoco los barones hacen autocrítica cuando los
porcentajes de voto son similares o peores en sus contiendas
electorales. En sus tacticismos para cargarse a Pedro Sanchez no les
importa contar con la vacante de un militante emblemático en el
partido en la lucha por la igualdad como fue el fallecido Pedro
Zerolo, que, a buen seguro, en estos momentos estaría en la sede de
Ferranz al lado del Secretario General.
No nos encontramos
exclusivamente ante un pulso por el poder, los dos bandos responden a
dos formas diferentes de entender el partido y dos formas diferentes
de entender la política a desarrollar. Desde el punto de vista
interno está en cuestión dónde se pone el acento a la hora de
tomar decisiones que impliquen a toda la organización o, lo que es
lo mismo, desarrollamos un partido con una Federación fuerte
descentralizada, o vamos, hacia un modelo de Confederación de
Federaciones territoriales donde los secretarios Generales de las
diferentes autonomías marquen el paso al secretario General. Con la
actuación en todo este proceso de algunos Secretarios Generales
parece que están más cómodos en esos pequeños Reinos de Taifas
territoriales, al margen del interés de todo el partido.
Dependiendo del
resultado de como se resuelva esta crisis, la orientación ideológica
del PSOE será diferente. No es la primera vez, a través de la
historia, que el debate de “centrar el discurso” o “mantenerse
en las tesis de la izquierda” dio lugar a grandes enfrentamientos
dialécticos y a sucesivas crisis. Se dice que la socialdemocracia
cada vez que actúa (¿por responsabilidad?) acercándose a las tesis
liberales de la derecha, los votantes no se identifican con ella y lo
sufre electoralmente. En Europa tenemos varios ejemplos de ello.
Las grandes reformas neoliberales llevadas a cabo por Shroëder
(Agenda 2010 causaron una gran baja en el apoyo electoral y en el
número de militantes. La tercera vía de Blair llevó el
liberalismo incluso más allá del gobierno conservador dotando al
Banco de Inglaterra de plena independencia, desregulando el capital
financiero y convirtiendo a la city en un centro especulativo a nivel
mundial, bajó los salarios y desreguló también el mercado
laboral. Consecuencia de ello fue que el Laboralismo pasó de un 33%
de electorado a un 22%. Por no citar al PSOK, que por
responsabilidad (¿?) colaboró con un gobierno de la derecha, se
quedó residual en Grecia. En esta crisis nos enfrentamos a la orientación
ideológica del partido que se concreta en apoyar al PP a formar
Gobierno o intentar formar un gobierno alternativo que haga una
política de regeneración democrática y de políticas sociales y
que conecte con sus votantes. Y si no fuese posible, que Rajoy
busque los apoyos necesarios en el resto de partidos y el PSOE siga
siendo la referencia alternativa a las políticas del PP.
El hacer caer a
Pedro Sánchez es una estrategia suicida, es no entender a la
militancia ni la situación política a la que nos enfrentamos. Si
los críticos están tan convencidos de que la militancia les apoya,
¿por qué no quieren confrontar en unas primarias?.
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