Nos encontramos con un Decreto de Primaria que desde el punto de vista pedagógico nos hace volver la vista hacia tiempos pretéritos. El propio Consejo de Estado le vuelve a recordar al Ministerio de Educación que de nuevo incumple una de las recomendaciones que el propio organismo le había hecho a la LOMCE como es la carencia de una memoria económica para desarrollarlo. El Consejo echa en falta referencias para luchar contra el fracaso escolar, cuando había sido uno de los argumentos para cambiar la ley anterior. Así mismo, cuestiona el cambio en la ley de la terminología de "diversidad" por "pluralidad".
El Decreto nos plantea una nueva organización, cambiando los ciclos por los cursos. Esto va a suponer la parcialización de los aprendizajes y por otro lado limitar el concepto de evaluación continua al no tener en cuenta el marco evolutivo del alumno. Supone también aumentar la presión hacia el alumnado al no tener un ciclo para madurar y poder conseguir los objetivos, sino solamente un curso.
Introduce las evaluaciones externas, como ya estaba previsto en la ley que se aprobó en el Parlamento, y entiendo que en tercero los resultados de dicha evaluación determinará si el alumno entra o no en un programa de mejora, o incluso repite curso (sólo es posible repetir un solo curso).
La potenciación de las asignaturas de matemáticas y lengua va en detrimento del horario de la educación física, música y artística. Olvidándose de la importancia de la educación integral del alumnado y de que a través de todas las asignaturas se puede realizar comprensión lectora, cálculo matemático y resolución de problemas.
No considero que los Centros Educativos, a pesar de que lo recoge la Ley, vayan a tener la capacidad para ofrecer asignaturas de diseño propio en función de las características del alumnado y ampliar las troncales y específicas que consideren oportunas.
Nos proponen una división del Conocimiento del Medio en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, que responde más a una organización de educación de secundaria. Y por último, me llama la atención, que cambian el término de "autonomía" por el "espíritu emprendedor", en una clara intencionalidad ideológica que parece más educar al alumnado hacia el mercado que hacia la vida.
El Decreto nos plantea una nueva organización, cambiando los ciclos por los cursos. Esto va a suponer la parcialización de los aprendizajes y por otro lado limitar el concepto de evaluación continua al no tener en cuenta el marco evolutivo del alumno. Supone también aumentar la presión hacia el alumnado al no tener un ciclo para madurar y poder conseguir los objetivos, sino solamente un curso.
Introduce las evaluaciones externas, como ya estaba previsto en la ley que se aprobó en el Parlamento, y entiendo que en tercero los resultados de dicha evaluación determinará si el alumno entra o no en un programa de mejora, o incluso repite curso (sólo es posible repetir un solo curso).
La potenciación de las asignaturas de matemáticas y lengua va en detrimento del horario de la educación física, música y artística. Olvidándose de la importancia de la educación integral del alumnado y de que a través de todas las asignaturas se puede realizar comprensión lectora, cálculo matemático y resolución de problemas.
No considero que los Centros Educativos, a pesar de que lo recoge la Ley, vayan a tener la capacidad para ofrecer asignaturas de diseño propio en función de las características del alumnado y ampliar las troncales y específicas que consideren oportunas.
Nos proponen una división del Conocimiento del Medio en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, que responde más a una organización de educación de secundaria. Y por último, me llama la atención, que cambian el término de "autonomía" por el "espíritu emprendedor", en una clara intencionalidad ideológica que parece más educar al alumnado hacia el mercado que hacia la vida.
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